¿Las redes sociales pueden impactar en la convivencia en pareja?
Las nuevas tecnologías y modos de comunicación, la conectividad global, los nuevos dispositivos y la explosiva aparición de las redes sociales, (que en la actualidad existen más de 80 especializadas en todo tipo de áreas y temas) entre las más comunes: Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp.
Están cambiando totalmente la forma de relacionarnos con nuestros vecinos, conocidos, clientes, compañeros de trabajo, amigos y familiares. Algunos ven riesgos de adicción y pérdida de privacidad y del verdadero sentido de las relaciones humanas, pero para más de 1000 millones de personas en todo el mundo representa la manera más novedosa de socializar y sentirse acompañados.
Sin embargo también, todo esto impacta en las relaciones de pareja afectándolas de diversas maneras en lo positivo y en lo negativo.
La redes sociales pueden ayudar a facilitar y mantener las relaciones, por ejemplo, con algún mensaje de buenos días, para saber el estado de salud, la ubicación, el cambio de una cita, avisar de alguna emergencia, enviar sitios de interés o posibilidades de comprar algún artículo si no se encuentra de manera presencial el otro, mandar mensajes amorosos o incluso eróticos dirigidos a la pareja.
Permite su proyección social con la publicación de fotografías y entradas relativas al ocio de pareja, actividades compartidas, proyectos en común, viajes, vivencias juntos, etc. Haciendo posible a los demás conocer la existencia de la relación, provocando su aceptación y reconocimiento público, fortaleciendo de esta manera el vínculo amoroso.
Por otra parte, un mal uso de las redes sociales puede distorsionar, dificultar e incluso destruir una relación, por ejemplo. Se estima a nivel mundial que el uso de Facebook, ha provocado 28 millones de divorcios, es decir, es la causa de separación de uno de cada cinco divorcios. Se estima que en México el 30% de los usuarios ha tenido problemas con sus parejas por el uso de esta red (El Pais.com, 2013).
Cuando las parejas están activas en redes, a veces se pueden crear conflictos en la relación, derivados de la inseguridad o la incertidumbre que se puede generar en uno de los miembros de la relación, si el ser querido publica en su muro una fotografía con un miembro del sexo opuesto, o recibe un comentario en una publicación por parte de una ex pareja que no gusta, o la tiene agregada en su red social, o a alguna persona que desata los celos. Entonces la otra persona puede comenzar a sentirse insegura sobre la relación.
Esto ocurre porque aunque no exista una prueba física de engaño o infidelidad, el cerebro interpreta como real, cualquier juego de palabras virtual, pues para él es lo mismo, aunque nunca haya habido algún contacto físico.
En una investigación, publicada en el Journal of Cognitive Neuroscience, demuestra que “utilizamos la misma maquinaria cerebral cuando miramos activamente y cuando simplemente imaginamos”, dice Nancy Kanwisher, profesora asociada de ciencias cognitivas y neuronales del MIT, Massachussets Institute of Technology (MIT News, 2000).
Viéndose aumentada considerablemente esta sensación si además se hace un uso inadecuado, pero cada vez más aceptado y frecuente de los dispositivos móviles, como contestar correos y whatsapps del trabajo al llegar a casa, jugar en el teléfono o en la Tablet, consultar y atender a las redes sociales en los momentos comunes de pareja.
Todo esto puede provocar la necesidad de control y certezas en el miembro inseguro en la relación, pudiendo llegar a hakear las redes sociales y dispositivos de su pareja, en busca que inconsistencias en la relación. Dando un uso a las redes y nuevas tecnologías para vigilar a la pareja, del mismo modo que cuando aparecen los celos y son empleadas en el control del otro.
Después de todo, las redes facilitan que la pareja esté al tanto de todo un torrente de información sobre el uno y el otro que puede ser mal interpretada o utilizada.
Es importante que ambos tengan la claridad que hay información que pueden controlar, pero otra definitivamente no. Por ejemplo, si una persona hace algún comentario a la pareja en sus redes, es responsabilidad del propio implicado poner un límite a otros.
En el impacto de las nuevas tecnologías en la vida de pareja, también es muy interesante tener en cuenta que nuestra vida personal, es personal e íntima, y muchas veces por compartir nuestra felicidad en las redes, generamos problemas o envidias que muy bien podemos evitar y vivirlas plenamente en la intimidad.
Sin ser intrusivos con la otra persona valdrá la pena establecer algunas reglas exclusivas de cada pareja. A, continuación van solo algunos ejemplos de ellas, pero son responsabilidad de cada pareja.
- Dejar el móvil a la hora de comer.
- No contestar mensaje mientras es hora de dormir o de hacer el amor.
- Poner un horario para la convivencia presencial.
- Acordar en ¿qué cosas sí y cuáles no? Se pueden compartir las claves o contraseñas de las redes sociales o de los dispositivos electrónicos (móvil o computadora personal).
- Establecer las reglas o los tiempos de convivencia virtual o presencial.
- Tomar en consideración que aspectos pueden controlar de las redes y cuales otros no, para que terceros (familiares, amigos, conocidos o desconocidos) no generen conflictos adicionales en la convivencia cotidiana.
- Comunicar a la pareja si se tienen nuevos dispositivos tecnológicos y conocer las redes que oficialmente usan, así como el tipo de contenido que se espera contengan.
- Establecer un compromiso de fidelidad de forma virtual o presencial, en el que lo más importante, sea la convivencia de la propia pareja.
- Ante cualquier eventualidad tener una actitud positiva y resolutiva para tomar decisiones en donde ambos miembros salgan beneficiados y no tomar determinaciones si se encuentran en un estado emocional fuera de control.